14 oct 2009

El fantasma de Elcock




Nueve años después (8 de octubre del 2000), Ancil Elcock sigue enfrentando los fantasmas que le persiguen, tras haber fracturado a Cuauhtémoc Blanco en el Azteca, alejándolo un año de las canchas y terminando con su carrera en el futbol español.

Esa jugada, de tan sólo un segundo, marcó de por vida al defensa trinitario quien se vio obligado a refugiarse en los Estados Unidos donde hoy, ya retirado, vive de un academia de futbol que puso vinculada al Columbus Crew de la MLS.

A pesar del paso del tiempo, Ancil quiere buscar alivio, un bálsamo, y hoy buscará tener un encuentro con Cuauhtémoc Blanco en el hotel de concentración del Tricolor en esta ciudad. La idea del ex futbolista es pedirle una disculpa al atacante y dejar así su conciencia tranquila.

“Quiero hablar con Cuauhtémoc. Él sabe que son cosas de futbol, así como yo recuerdo la jugada que me hizo, me hizo un recorte en el área y yo levanté la pierna y lo prensé. No es algo que lo haya hecho con intención”, aseguró.

Elcock habla de aquél trágico episodio como si se tratara de un discurso ya aprendido, de la misma letanía que le han obligado a decir durante sus últimos nueve años de vida.

“El tema este de Cuauhtémoc Blanco es algo que me ha perseguido mucho en mi carrera profesional. Hasta el día en que me retiré muchas entrevistas fueron en ese sentido, sobre por qué lo hice, y al final termina por dañarte y hacerte un jugador sucio, situación que no es así”, señaló.

Rusell Latapy, entrenador de la selección de Trinidad & Tobago, habló de Ancil Elcock, quien lesionó a Cuauhtémoc Blanco en el año 2000.

Según el timonel, tras ese incidente, la carrera del defensor trinitario no volvió a ser la misma, se derrumbó.

“Ancil Elcock se perdió, creo que está en Estados Unidos, ya no regresó a Trinidad, esa lesión que le hizo a Cuauhtémoc Blanco como que lo marginó de otras cosas a nivel deportivas, es más, te aseguraría que resulto ser el más perjudicado”, concluyó.

La cancha, mal

México jugará en una cancha en pésimo estado su último partido del Hexagonal final de la Concacaf rumbo a Sudáfrica 2010. A pesar de los apoyos de la FIFA, a través de su proyecto Gol, y de la propia Concacaf, a través de su presidente, el trinitario, Jack Warner, el Estadio Hasely Crawford cuenta con una cancha deplorable que pone en riesgo la integridad de los futbolistas.

Con parches por todo el campo, la cancha tiene bordes y un canal que podrían convertirla en un arma letal, además el corte del césped es irregular, lo que hará del bote y correr del balón algo complicado.

Fuente: laaficion.milenio.com

0 comentarios:

Publicar un comentario