7 sept 2013

Historia del Estadio Azteca








 En el año de 1962, Don Emilio Azcárraga Milmo, decide la construcción del Estadio Azteca



Estadio Azteca
Equipo: América
Nombre: Estadio Azteca.
Capacidad: 104,000 personas.
Inauguración: 29 de mayo de 1966.
Sueño que se hizo realidad en 1966.

En el momento en que el Sr. Azcárraga Milmo decidió participar directamente en el fútbol, lo hizo con una visión plena de hacer algo grande, algo que debía sacudir al fútbol mexicano, que estaba en la antesala del profesionalismo. El primer paso fue adquirir la franquicia del Club América, así fue como Televisa entró al fútbol en 1959 y fue por la puerta grande, esto dio pie al nacimiento de un proyecto que era el sueño dorado de los aficionados, contar con un estadio de fútbol a la altura de los mejores en el mundo, un escenario que le hacía falta a este deporte en México para proyectarse a nivel internacional.

 El Coloso de Santa Ursula, como también le llaman a este monumental estadio, fue nombrado "AZTECA" mediante un concurso, en el que se invitó a los aficionados de toda la república a darle un nombre. El que tuviera mayor número de peticiones sería el elegido y quién lo sugirió primero, conforme al orden en que se recibieran las cartas por correo, obtuvo el premio consistente en dos asientos de plateas durante 99 años, resultó afortunado el señor Antonio Vázquez Torres, de León Guanajuato.

Junto con el Estadio Azteca, surgieron otros estadios en la República Mexicana, que fue la plataforma de lanzamiento en busca de la Sede de la Copa del Mundo, el sueño comenzó a convertirse en realidad, cuando el proyecto del Arq. Pedro Ramírez Vázquez, triunfó en el concurso convocado por Fútbol del Distrito Federal, que presidía el Sr. Emilio Azcárraga Milmo.

Fue así como en 1962, se colocó la primer piedra con la presencia del Presidente de México, Licenciado Adolfo López Mateos y el Presidente de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), Sir Stanley Rous, para poner en marcha la construcción del mejor estadio del mundo, que impacto a todos los que conocieron el magno proyecto.

Durante el Congreso de la FIFA, celebrado en Tokio, previo a la celebración de los Juegos Olímpicos, México fue designado como Sede del Mundial de 1970. Se había logrado el tercer paso rumbo a la internacionalización del fútbol mexicano; primero fue comprar la franquicia del América, después la construcción del Estadio Azteca y en 1968 la obtención de la Sede del Mundial.
Todo estaba dispuesto y el gran día de la inauguración llegó, fue el 29 de mayo de 1966 a las 12:00 hrs., con una asistencia de 105,000 espectadores que se reunieron en el estadio más moderno del mundo, en aquellos días, para presenciar el partido inaugural entre el Club América y el Club Italiano Torino, el saque inicial estuvo a cargo del Licenciado Gustavo Díaz Ordaz, teniendo como testigo al Presidente de la FIFA, Sir Stanley Rous.

El mejor árbitro mexicano del momento, Fernando Buergo, auxiliado por su hermano Felipe y Ramiro García, fueron testigos del saludo de los capitanes en el centro de la cancha, en donde Alfonso Portugal daba la bienvenida al fútbol del mundo como capitán del América.
A los 10 minutos del juego, llegó el primer gol en la historia del estadio, por conducto del brasileño Arlindo Dos Santos Cruz, con un disparo desde fuera del área que provocó la explosión de júbilo de los aficionados.

Ese encuentro finalizó empatado a 2 goles con la segunda anotación de Zague al 2–0, luego reaccionarían los italianos al emparejar los cartones.
A partir de ese momento, el Estadio Azteca, se convirtió en la Catedral del Fútbol mexicano y en magno escenario para la realización de grandes eventos deportivos y musicales.
El primer gol de un mexicano en el estadio, fue anotado por Roberto Martínez “El Loco” o “El Caña Brava”, en el partido que se jugó el 5 de junio de 1966, los equipos contendientes fueron Necaxa vs Valencia, quedando un marcador de 3 – 1 favor Valencia.


CONSTRUCCION DEL ESTADIO AZTECA
 El Arq. Pedro Ramírez Vázquez junto con el Arq. Rafael Mijares, fueron responsables de realizar el proyecto y dirigir la construcción del estadio, obra que duró aproximadamente cuatro años y que involucró a cientos de personas que participaron en la visita a los escenarios futbolísticos más famosos del mundo, los más funcionales y bellos de las ciudades de Buenos Aires, Madrid, Roma, Florencia, París, Londres, Moscú y Varsovia, que eran en 1961 lo mejor de la orbe en cuanto a visibilidad y belleza arquitectónica, con la finalidad de reunir las mejores características y erigir el mejor.

No fue tarea fácil planificar y ejecutar su compleja arquitectura, la zona de la construcción estaba invadida por la roca que dejó la erupción del volcán Xitle y una gigantesca masa de piedra llena de fumarolas extinguidas que impedía cimentar sobre ella la estructura del estadio, por lo que arquitectos e ingenieros encargados de la obra, optaron por volar el área rocosa hasta llegar a una superficie firme sobre la cual construir.

En agosto de 1962 se desalojaron 180 millones de kilos de roca del extinto volcán, de una superficie de 63,590 metros cuadrados.

Una vez modificada la topografía del terreno, en enero de 1963, se hicieron las pruebas de cimentación, a través de perforaciones y el estudio exacto de la mecánica del subsuelo, a cargo del maestro sueco Per Anders Hedar, auxiliado por un equipo especializado .

Diez arquitectos, treinta y cuatro ingenieros, quince técnicos y ochocientos obreros de todas las especialidades y categorías, trabajaron durante la construcción del inmueble.

El Estadio Azteca es una obra llena de orgullo para todos los que en ella intervinieron durante siete millones de horas-hombre.

El esfuerzo unido de todos esos hombres utilizó acertadamente 8,000 toneladas de varilla de alta resistencia para la estructura de concreto y       1, 200 toneladas de acero laminado en perfil para la construcción de la cubierta.
El peso aproximado del concreto empleado para la construcción del estadio es de 100,000 toneladas.
La cancha del estadio se encuentra a 9.50 metros por debajo del nivel de la calle y cuenta con un sistema de drenaje excepcional, de tal manera que evita encharcamientos y permite jugar minutos después de haber terminado una tormenta.

Las medidas de la cancha son de 68 mts. de ancho por 105 mts. de largo, como lo establece la FIFA. 
La posición de la cancha señala una orientación del paso del sol durante los partidos diurnos, de oriente a poniente, para evitar desventaja a los equipos.

El estadio por su gran magnitud y capacidad es considerado como uno de los más importantes a nivel mundial, actualmente tiene capacidad para 105,000 espectadores cómodamente sentados; además de una zona especial para personas con discapacidad y un restaurante,así como estacionamiento general.
El sistema de iluminación con que cuenta actualmente el estadio, es uno de los más modernos en el mundo, es el mismo que con gran éxito se está empleando actualmente en Europa y garantiza juegos nocturnos de perfecta visibilidad.

Sus torres y el techo, único en su género, dieron el toque final a este gran estadio. Para el Mundial de 1986, con la inversión de varios cientos de millones de pesos, el Azteca cumplió con los requerimientos de FIFA, cuyos directivos pidieron se integrara un palco para dicha federación, además lugares para prensa nacional, internacional y televisión, mayor número de butacas, medidas de seguridad para el ingreso y desalojo de aficionados, área de estacionamiento, muralla protectora alrededor del estadio, puertas de seguridad para ingresar a la cancha, en fin, una remodelación total que revalida el título de ser uno de los mejores del mundo.

Además cuenta con comodidades tanto para el público como para los jugadores, algunas que podemos mencionar son: 

  • Accesos y salidas al estadio por vías rápidas.
  • Máxima visibilidad a la cancha desde cualquier punto de palcos, plateas o gradas, de día y de noche 
  • Instalaciones dotadas de las máximas facilidades y servicios para entrenadores y jugadores.
  • Cuenta con 856 palcos privados en forma de balcones independientes a la cancha, con gran visibilidad por su relación de altura y distancia con respecto al césped y con un antepalco con sanitario propio y estacionamiento interno para dichos palcos 

El tiempo para desalojar por completo el estadio es de 18 minutos.
Si requieres mayor información acerca de las diferentes características y/o servicios que te brinda el estadio, puedes consultarla en el menú de esta página.



Construccion Del  Coloso de Santa Úrsula

Al comenzar la década de los sesenta, Santa Úrsula todavía era una población rodeada de pedregales. Cruzando la ancestral Calzada de Tlalpan se extendían las antiguas haciendas de Coapa y San Juan de Dios, además de los ejidos de San Lorenzo Huipulco. En medio de este paisaje nacería un gigante.
 La construcción del Estadio Azteca inició en agosto de 1962 con la excavación y el desalojo de 180 millones de kilos de roca volcánica, característica del sur de la ciudad. El proyecto estuvo a cargo de los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares Alcérreca; en esta toma de 1963 aparece en primer plano la Calzada de Tlalpan, por donde corren un par de tranvías, y destaca la Glorieta de Huipulco con la estatua de Emiliano Zapata que en 1983 fue trasladada a la Alameda del Sur. En el ángulo superior izquierdo se encuentra el poblado de Santa Úrsula.


 Un promedio de 800 obreros laboraron cada día en esta empresa. La imagen muestra a los trabajadores dando forma a los soportes de las graderías y al primer nivel de palcos. Esta imponente edificación ocupa un terreno de 63,590 m2, y para levantarla fueron necesarios 42,000 m3 de concreto.


 Es octubre de 1964 y la cancha ya está lista: sobre un piso de grava y arena negra, que cubre los sistemas de drenaje, se vertió una capa de 35 centímetros de tierra vegetal donde fueron sembradas cinco variedades de pasto, cultivadas en un vivero anexo al estadio.  Alrededor, la estructura había llegado a su punto más alto.


 Así se veía la obra el 3 de diciembre de 1964. El impresionante panorama del fondo hoy luce completamente distinto; se aprecian los ejidos de San Lorenzo Huipulco y los terrenos de la Hacienda de San Juan de Dios, y más allá, un paisaje rural en lo que ahora es el poblado rumbo de Villa Coapa.


 El coloso luce abarrotado durante la ceremonia de inauguración, el 29 de mayo de 1966; el primer encuentro, disputado entre el América y el Torino de Italia, finalizó con un empate a dos tantos. En la parte inferior de la fotografía, entre los pasos a desnivel, se halla actualmente la estación Estadio Azteca del Tren Ligero; el terreno rocoso detrás del estacionamiento ahora se divide entre las colonias El Caracol, Joyas del Pedregal y Pedregal de la Zorra, y del lado izquierdo aún no existía el Anillo Periférico.


 Una fotografía aérea de 1967 donde podemos ver que ya fue instalado el techo plafón que da sombra a las gradas. Éste fue realizado por la compañía Techos y Mecanismos de Guadalajara, que antes había trabajado en la cubierta del Estadio Jalisco, y consta de 104 toneladas de aluminio sostenido por armaduras de acero, con veinte metros de volado en las cabeceras y cincuenta en los laterales. En el horizonte se distinguen el Viaducto Tlalpan, el Colegio México y las obras de la avenida Acoxpa.



Al año siguiente llegaron los Juegos de la XIX Olimpiada, en los cuales el estadio fue la sede principal de las competencias de futbol. En la apertura, el 13 de octubre, la selección nacional derrotó por la mínima diferencia a la escuadra de Colombia; aquí se jugó el partido por la medalla de bronce, que México perdió 2-0 ante Japón, así como la final, donde el equipo olímpico de Hungría venció al de Bulgaria cuatro goles a uno. 

En la explanada sobresale el Sol rojo, escultura creada por el estadounidense Alexander Calder como parte de la Ruta de la Amistad y que al paso del tiempo se convertiría en el símbolo del recinto. También son visibles las líneas trazadas en el suelo que identificaban a cada sede con un color distinto; en este caso, el azul.
 
 

A lo largo de cuarenta y seis años, el Estadio Azteca ha visto pasar los Juegos Olímpicos de 1968 y las Copas Mundiales de 1970 y 1986; aquí se jugó el Partido del Siglo entre las escuadras de Italia y Alemania, y también en esta cancha el público disfrutó el Gol del Siglo, emanado de los botines de Diego Armando Maradona. Desde las gradas, miles de personas se entregaron en cinco ocasiones al espectáculo de Michael Jackson, sufrieron y se emocionaron con cada gol de la Selección.

Casi medio siglo después, el Azteca continúa siendo un hito en la Ciudad de México. Es el gigante que aplastó a Andrés Calamaro en su infancia, y “de grande me volvió a pasar lo mismo”.

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