- Cruz Azul tiene casi siete años sin vencer a las Águilas
- El puesto de Jesús Ramírez podría comenzar a peligra si la escuadra cae ante los celestes
América y Cruz Azul vivirán una batalla más donde sólo uno podrá sentirse ganador, pues las Águilas bien pueden conformarse con un empate que prolongue la hegemonía que tienen sobre los celestes.
Para La Máquina el único resultado que funciona es el de la victoria, después de 15 partidos sin obtener un triunfo ante los de Coapa no hay más opciones para los dirigidos por Enrique Meza.
Los años han pasado sin que Cruz Azul pueda marcar la diferencia, la paternidad se hace vieja, las Águilas han disfrutado cada juego que pasa sin que los celestes les hagan un daño doloroso, ni en los peores momentos que el América vivió, por dos años, los celestes pudieron arrancarles un triunfo.
El triunfo se ha vuelto una obsesión para La Máquina que no contempla un partido más sin la gloria, ganarle a los de Coapa exorcizaría sus demonios y les daría esperanza para seguir en el largo camino.
Para América una derrota ante un rival al que está acostumbrado a ver de arriba hacia abajo podría costarle demasiado caro a su estratega, Jesús Ramírez, pues el proceso parece haber entrado a zona de riesgo.
AMÉRICA
Con seis puntos en las arcas, América ha comenzado a cimbrar. El equipo no puede permitirse faltar a la Liguilla, después de que el torneo pasado logró superar el mal trago de no ser un participante de la Fiesta Grande.
Los resultados tienen que comenzar a llegar porque el proceso que hoy dirige Jesús Ramírez está en riesgo de ser interrumpido. La falta de continuidad es una dolencia que ha acechado a los de Coapa, pero la paciencia es corta ante el amplio presupuesto que se maneja.
América por ello no podrá perder, ligando así lo que sería su segunda derrota consecutiva, y menos frente a un equipo con el que mantiene una clara hegemonía.
El torneo está en sus inicios, el camino aún es largo, pero las Águilas forman parte de un Grupo que se ha vuelto altamente competitivo y comenzar a despegarse, hacia abajo, en estos momentos podría ser muy peligroso.
El equipo necesita sobreponerse a la ausencia de Salvador Cabañas, el delantero le hace mucha falta a los de Coapa, pues han perdido sorpresa en la ofensiva, pero sobre todo efectividad; sin embargo, su figura no regresará, por lo menos en la presente justa, y las Águilas tendrán que aprender a volar sin él.
Además, el equipo necesita defender los 11 juegos que tiene sin caer en su casa, un lugar en el que cualquiera se había acostumbrado a faltarles al respeto, pero que con la llegada de Jesús Ramírez la situación terminó por cambiar.
El cuadro contará con el regreso de Aquivaldo Mosquera a la ofensiva y sólo tendrá que buscar el hombre que pueda suplir con goles a su delantero estrella: Salvador Cabañas.
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Enrique Meza armó lo que imaginaba como su equipo de ensueño después de seis meses de análisis donde detectó los lugares que tenía que apuntalar. Con la plantilla anterior logró llegar hasta la Final, pero el equipo no pudo levantar la Copa.
La misión para el Torneo Bicentenario 2010 no era diferente, el estratega tenía que llevar a La Máquina a los primeros sitios y darle el título que su afición y directiva tanto ansían.
Sin embargo, el equipo ha caído en picada. Comenzó con un sufrido triunfo y las esperanzas de ser un cuadro protagonista se avivaron pese a las circunstancias. Entonces Cruz Azul falló, empató contra Pumas, para después ligar dos derrotas consecutivas frente a Monterrey y Santos.
En ll partido contra las Águilas, simplemente no podía llegar en peor momento, la hegemonía que los de Coapa tienen sobre ellos es muy clara, y tan aplastante, que parece darles miedo.
La Máquina tiene que reencontrarse, su Directiva ha hecho público que los resultados son los que no los satisfacen, pero también que creen en el proyecto que hoy Enrique Meza ha llevado acabo.
El equipo celeste no sólo tiene que envalentonarse con las palabras, es necesario demostrar en la cancha que el talento se desborda en La Noria y que por fin tendrán la justa que será su pareteaguas.
Los hombres como Christian Giménez necesitan responder, el talento que el argentino demostró tener en Pachuca tiene que aparecer ya para lograr conjuntarse con Emanuel Villa y ser la ofensiva de miedo que toda su afición está esperando ver.
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Sin duda alguna no será un juego sin goles, pues ambos equipos cuando se encuentran buscan darle alegría a su gente, sus líneas se abren y las redes de las porterías vibran.
Cruz Azul, con Enrique Meza, es un equipo que le gusta el buen trato de pelota y por ende ir al frente, América no se puede permitir quedarse atrás en ese rubro y en casa tiene que gustar, ser ofensivo e implacable atrás; por ello todo pinta para que el duelo sea espectacular.
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