En el año de 1962, Don Emilio Azcárraga Milmo, decide la construcción del Estadio Azteca
Estadio Azteca
Equipo: América
Nombre: Estadio Azteca.
Capacidad: 104,000 personas.
Inauguración: 29 de mayo de 1966.
Sueño que se hizo realidad en 1966.
En
el momento en que el Sr. Azcárraga Milmo decidió participar
directamente en el fútbol, lo hizo con una visión plena de hacer algo
grande, algo que debía sacudir al fútbol mexicano, que estaba en la
antesala del profesionalismo. El primer paso fue adquirir la franquicia
del Club América, así fue como Televisa entró al fútbol en 1959 y fue
por la puerta grande, esto dio pie al nacimiento de un proyecto que era
el sueño dorado de los aficionados, contar con un estadio de fútbol a la
altura de los mejores en el mundo, un escenario que le hacía falta a
este deporte en México para proyectarse a nivel internacional.
El Coloso de Santa Ursula, como también le llaman a este monumental
estadio, fue nombrado "AZTECA" mediante un concurso, en el que se invitó
a los aficionados de toda la república a darle un nombre. El que
tuviera mayor número de peticiones sería el elegido y quién lo sugirió
primero, conforme al orden en que se recibieran las cartas por correo,
obtuvo el premio consistente en dos asientos de plateas durante 99 años,
resultó afortunado el señor Antonio Vázquez Torres, de León Guanajuato.
Junto
con el Estadio Azteca, surgieron otros estadios en la República
Mexicana, que fue la plataforma de lanzamiento en busca de la Sede de la
Copa del Mundo, el sueño comenzó a convertirse en realidad, cuando el
proyecto del Arq. Pedro Ramírez Vázquez, triunfó en el concurso
convocado por Fútbol del Distrito Federal, que presidía el Sr. Emilio
Azcárraga Milmo.
Fue así como en 1962, se colocó la primer piedra
con la presencia del Presidente de México, Licenciado Adolfo López
Mateos y el Presidente de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol
Asociado), Sir Stanley Rous, para poner en marcha la construcción del
mejor estadio del mundo, que impacto a todos los que conocieron el magno
proyecto.
Durante el Congreso de la FIFA, celebrado en Tokio,
previo a la celebración de los Juegos Olímpicos, México fue designado
como Sede del Mundial de 1970. Se había logrado el tercer paso rumbo a
la internacionalización del fútbol mexicano; primero fue comprar la
franquicia del América, después la construcción del Estadio Azteca y en
1968 la obtención de la Sede del Mundial.
Todo estaba dispuesto y
el gran día de la inauguración llegó, fue el 29 de mayo de 1966 a las
12:00 hrs., con una asistencia de 105,000 espectadores que se reunieron
en el estadio más moderno del mundo, en aquellos días, para presenciar
el partido inaugural entre el Club América y el Club Italiano Torino, el
saque inicial estuvo a cargo del Licenciado Gustavo Díaz Ordaz,
teniendo como testigo al Presidente de la FIFA, Sir Stanley Rous.
El
mejor árbitro mexicano del momento, Fernando Buergo, auxiliado por su
hermano Felipe y Ramiro García, fueron testigos del saludo de los
capitanes en el centro de la cancha, en donde Alfonso Portugal daba la
bienvenida al fútbol del mundo como capitán del América.
A los 10
minutos del juego, llegó el primer gol en la historia del estadio, por
conducto del brasileño Arlindo Dos Santos Cruz, con un disparo desde
fuera del área que provocó la explosión de júbilo de los aficionados.
Ese
encuentro finalizó empatado a 2 goles con la segunda anotación de Zague
al 2–0, luego reaccionarían los italianos al emparejar los cartones.
A
partir de ese momento, el Estadio Azteca, se convirtió en la Catedral
del Fútbol mexicano y en magno escenario para la realización de grandes
eventos deportivos y musicales.
El primer gol de un mexicano en el
estadio, fue anotado por Roberto Martínez “El Loco” o “El Caña Brava”,
en el partido que se jugó el 5 de junio de 1966, los equipos
contendientes fueron Necaxa vs Valencia, quedando un marcador de 3 – 1
favor Valencia.
CONSTRUCCION DEL ESTADIO AZTECA
El
Arq. Pedro Ramírez Vázquez junto con el Arq. Rafael Mijares, fueron
responsables de realizar el proyecto y dirigir la construcción del
estadio, obra que duró aproximadamente cuatro años y que involucró a
cientos de personas que participaron en la visita a los escenarios
futbolísticos más famosos del mundo, los más funcionales y bellos de las
ciudades de Buenos Aires, Madrid, Roma, Florencia, París, Londres,
Moscú y Varsovia, que eran en 1961 lo mejor de la orbe en cuanto a
visibilidad y belleza arquitectónica, con la finalidad de reunir las
mejores características y erigir el mejor.
No fue tarea fácil planificar y ejecutar su compleja
arquitectura, la zona de la construcción estaba invadida por la roca que
dejó la erupción del volcán Xitle y una gigantesca masa de piedra llena
de fumarolas extinguidas que impedía cimentar sobre ella la estructura
del estadio, por lo que arquitectos e ingenieros encargados de la obra,
optaron por volar el área rocosa hasta llegar a una superficie firme
sobre la cual construir.
En agosto de 1962 se desalojaron 180 millones de kilos de
roca del extinto volcán, de una superficie de 63,590 metros cuadrados.
Una vez modificada la topografía del terreno, en enero de
1963, se hicieron las pruebas de cimentación, a través de perforaciones y
el estudio exacto de la mecánica del subsuelo, a cargo del maestro
sueco Per Anders Hedar, auxiliado por un equipo especializado .
Diez arquitectos, treinta y cuatro ingenieros, quince
técnicos y ochocientos obreros de todas las especialidades y categorías,
trabajaron durante la construcción del inmueble.
El Estadio Azteca es una obra llena de orgullo para todos los que en ella intervinieron durante siete millones de horas-hombre.
El esfuerzo unido de todos esos hombres utilizó acertadamente
8,000 toneladas de varilla de alta resistencia para la estructura de
concreto y 1, 200 toneladas de acero laminado en perfil para la
construcción de la cubierta.
El peso aproximado del concreto empleado para la construcción del estadio es de 100,000 toneladas.
La cancha del estadio se encuentra a 9.50 metros por debajo
del nivel de la calle y cuenta con un sistema de drenaje excepcional, de
tal manera que evita encharcamientos y permite jugar minutos después de
haber terminado una tormenta.
Las medidas de la cancha son de 68 mts. de ancho por 105 mts. de largo, como lo establece la FIFA.
La posición de la cancha señala una orientación del paso del
sol durante los partidos diurnos, de oriente a poniente, para evitar
desventaja a los equipos.
El estadio por su gran magnitud y capacidad es considerado
como uno de los más importantes a nivel mundial, actualmente tiene
capacidad para 105,000 espectadores cómodamente sentados; además de una
zona especial para personas con discapacidad y un restaurante,así como
estacionamiento general.
El sistema de iluminación con que cuenta actualmente el
estadio, es uno de los más modernos en el mundo, es el mismo que con
gran éxito se está empleando actualmente en Europa y garantiza juegos
nocturnos de perfecta visibilidad.
Sus torres y el techo, único en su género, dieron el toque
final a este gran estadio. Para el Mundial de 1986, con la inversión de
varios cientos de millones de pesos, el Azteca cumplió con los
requerimientos de FIFA, cuyos directivos pidieron se integrara un palco
para dicha federación, además lugares para prensa nacional,
internacional y televisión, mayor número de butacas, medidas de
seguridad para el ingreso y desalojo de aficionados, área de
estacionamiento, muralla protectora alrededor del estadio, puertas de
seguridad para ingresar a la cancha, en fin, una remodelación total que
revalida el título de ser uno de los mejores del mundo.
Además cuenta con comodidades tanto para el público como para los jugadores, algunas que podemos mencionar son:
- Accesos y salidas al estadio por vías rápidas.
- Máxima visibilidad a la cancha desde cualquier punto de palcos, plateas o gradas, de día y de noche
- Instalaciones dotadas de las máximas facilidades y servicios para entrenadores y jugadores.
- Cuenta con 856 palcos privados en forma de balcones
independientes a la cancha, con gran visibilidad por su relación de
altura y distancia con respecto al césped y con un antepalco con
sanitario propio y estacionamiento interno para dichos palcos
El tiempo para desalojar por completo el estadio es de 18 minutos.
Si requieres mayor información acerca de las diferentes
características y/o servicios que te brinda el estadio, puedes
consultarla en el menú de esta página.
Construccion Del Coloso de Santa Úrsula
Al
comenzar la década de los sesenta, Santa Úrsula todavía era una
población rodeada de pedregales. Cruzando la ancestral Calzada de
Tlalpan se extendían las antiguas haciendas de Coapa y San Juan de Dios,
además de los ejidos de San Lorenzo Huipulco. En medio de este paisaje
nacería un gigante.
La
construcción del Estadio
Azteca inició en agosto de 1962 con la excavación y el desalojo de 180
millones
de kilos de roca volcánica, característica del sur de la ciudad. El
proyecto estuvo a cargo de los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y
Rafael
Mijares Alcérreca; en esta toma de 1963 aparece en primer plano la
Calzada de Tlalpan,
por donde corren un par de tranvías, y destaca la Glorieta de Huipulco
con la
estatua de Emiliano Zapata que en 1983 fue trasladada a la Alameda del
Sur. En
el ángulo superior izquierdo se encuentra el poblado de Santa Úrsula.
Un
promedio de 800 obreros laboraron cada día en esta empresa. La imagen
muestra a los trabajadores dando forma a los soportes de las graderías y
al primer nivel
de palcos. Esta imponente edificación ocupa un terreno de 63,590 m2, y
para levantarla
fueron necesarios 42,000 m3 de concreto.
Es octubre de 1964 y la cancha ya
está lista: sobre un piso de grava y arena negra, que cubre los sistemas de
drenaje, se vertió una capa de 35 centímetros de tierra vegetal donde fueron
sembradas cinco variedades de pasto, cultivadas en un vivero anexo al estadio. Alrededor, la estructura había llegado a su
punto más alto.
Así se veía la obra el 3 de
diciembre de 1964. El impresionante panorama del fondo hoy luce completamente
distinto; se aprecian los ejidos de San Lorenzo Huipulco y los terrenos de la
Hacienda de San Juan de Dios, y más allá, un paisaje rural en lo que ahora es el poblado rumbo de Villa Coapa.
El coloso luce
abarrotado durante la ceremonia de inauguración, el 29 de mayo de 1966; el
primer encuentro, disputado entre el América y el Torino de Italia, finalizó
con un empate a dos tantos. En la parte inferior de la fotografía, entre los
pasos a desnivel, se halla actualmente la estación Estadio Azteca del Tren
Ligero; el terreno rocoso detrás del estacionamiento ahora se
divide entre las colonias El Caracol, Joyas del Pedregal y Pedregal de la Zorra,
y del lado izquierdo aún no existía el Anillo Periférico.
Una
fotografía aérea de 1967 donde
podemos ver que ya fue instalado el techo plafón que da sombra a las
gradas.
Éste fue realizado por la compañía Techos y Mecanismos de Guadalajara,
que antes había trabajado en la cubierta del Estadio Jalisco, y consta
de 104 toneladas
de aluminio sostenido por armaduras de acero, con veinte metros de
volado en
las cabeceras y cincuenta en los laterales. En el horizonte se
distinguen el Viaducto Tlalpan, el Colegio México y las obras de la
avenida Acoxpa.
Al
año siguiente llegaron los Juegos de la XIX Olimpiada, en los cuales el
estadio fue la sede principal de las competencias de futbol. En la
apertura, el 13 de octubre, la selección nacional derrotó por la mínima
diferencia a la escuadra de Colombia; aquí se jugó el partido por la
medalla de bronce, que México perdió 2-0 ante Japón, así como la final,
donde el equipo olímpico de Hungría venció al de Bulgaria cuatro goles a
uno.
En la explanada sobresale el Sol rojo,
escultura creada por el estadounidense Alexander Calder como parte de
la Ruta de la Amistad y que al paso del tiempo se convertiría en el
símbolo del recinto. También son visibles las líneas trazadas en el
suelo que identificaban a cada sede con un color distinto; en este caso,
el azul.
A lo largo de cuarenta y seis
años, el Estadio Azteca ha visto pasar los Juegos Olímpicos de 1968 y las Copas
Mundiales de 1970 y 1986; aquí se jugó el Partido del Siglo entre las escuadras
de Italia y Alemania, y también en esta cancha el público disfrutó el Gol del
Siglo, emanado de los botines de Diego Armando Maradona. Desde las gradas, miles de personas
se entregaron en cinco ocasiones al espectáculo de Michael Jackson, sufrieron y se emocionaron con cada gol de la Selección.
Casi medio siglo después,
el Azteca continúa siendo un hito en la Ciudad de México. Es el gigante que
aplastó a Andrés Calamaro en su infancia, y “de grande me volvió a pasar lo mismo”.