Estadio Nemesio Díez, domingo 31 de Julio del 2011
- Las Águilas contó con superioridad numérica durante más de 60 minutos
- Iván Alonso y Matías Vuoso anotaron los tantos del cotejo
- Alfredo Talavera se encargó de salvar la meta roja una y otra vez
El empate que obtuvieron las Águilas no dejó contento a ningún elemento amarillo. Tuvieron la pelota, llegaron, tocaron la puerta, casi se abrió pero Alfredo Talavera se encargó de cerrarla.
América tuvo una inmejorable oportunidad de vencer a los Diablos Rojos en el Nemesio Díez luego de seis años de no hacerlo, pero ni la superioridad numérica en la cancha por parte de la visita se reflejó en el marcador.
Y es que el comienzo del partido no pudo ser peor para los azulcremas. Apenas a los dos minutos de juego, Aquivaldo Mosquera se confió al tener la pelota controlada dentro del área, pero no contó con que se la robara Néstor Calderón por la espalda, que a su vez sirvió para Iván Alonso, quien definió de zurda.
América decidió tomar al balón a partir del error de su zaguero y se fue al frente, ante la complacencia local. Y fue así, con base en insistencia, como consiguió el empate a través de Matías Vuoso, luego de una sobresaliente jugada individual de Christian Benítez.
En la estrategia desde los banquillos, Paul Aguilar inició el duelo como volante por derecha, pero a raíz de la expulsión de Édgar Dueñas, quien vio dos amarillas en un lapso de dos minutos, Reinoso modificó.
Sacó del terreno de juego a un central: Juan Carlos "Topo" Valenzuela; hizo ingresar al canterano José Joaquín Martínez como extremo derecho y retrasó a Aguilar como lateral.
Y ya de paso, el "Maestro" buscó con la entrada del "Shaggy" y su habilidad desquiciar al maltrecho Manuel de la Torre, quien también ya había visto el cartón preventivo a raíz de una falta sobre Vicente Sánchez, que se cansó de hacer estragos en la zaga de su ex equipo. Se tambaleaba dramáticamente la zaga escarlata. Fueron minutos muy largos para el equipo escarlata.
Por cierto, a Vicente no se le cumplió su deseo de que no le silbaran. La afición roja en el Nemesio Díez le reclamó cada que pudo, cada que estuvo cerca del graderío. Jamás le perdonarán haberse ido al odiado rival.
América, por tanto, continuó encima. Una lucha diez contra once totalmente inclinada del lado amarillo. El visitante tuvo oportunidades casi por todos los sectores del frente de ataque.
Christian Benítez siguió enganchado con las Águilas. Fue un peligro incesante para Talavera y sus defensores. A ras de paso, en juego aéreo, "Chucho" disparó de todas las formas posibles hacia la meta escarlata. Pero esta vez no logró convertir.
Eugui intentó con el ingreso de Diego de la Torre conectar el medio campo con el ataque, que quedó dividido y sin posesión de pelota. Lo de Toluca fue alarmante, no tenían llegada en su propia cancha Sequía total.
El vertiginoso ritmo de juego fue bajando con el correr de los minutos. "Shaggy" Martínez dejó de mandar peligrosos servicios por derecha y Toluca continuó metido atrás. Agazapado. Los Diablos llevaron a las Águilas al terreno que más les convenía, el de la desesperación. De nuevo Reinoso intentó con los ingresos de Daniel Márquez y el "Negro" Medina, pero no le funcionaron. Otra vez.
El tiempo se acababa, Toluca veía la otra orilla y Reinoso perdía la voz de tanto grito. Unos Diablos extraños, sin peligro en casa, terminaron festejando un empate ante América en el Nemesio Díez. Eugui tomó aire y caminó al vestuario. Mientras tanto, Reinoso con las manos en la cintura, resignado. Una postal extraña de un duelo raro.
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